Una tarde un haz de luz cruzó mi cara;
Era la luz de un rayo que asomaba en la ventana.
Me hizo recordar vagos momentos,
Yo, cegado de luz, como una charca. Pequeño e
Insulso, y a la vez insondable;
Triste y melancólico, lo cual augura más desgracias.
¡Aquí viene la lluvia!
¡Aquí viene!
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